domingo, 30 de noviembre de 2008

LA MAYOR TRANSFORMACION URBANA DE SEVILLA DESDE LA EXPO DEL 92


Es lo que está ocurriendo en nuestra ciudad, aunque a algunos les cueste trabajo verlo y otros no quieran reconocerlo, porque sería reconocer el éxito de un modelo de ciudad. Nada nuevo bajo el sol, en cualquier caso, en una ciudad en la que ya es tradición la crítica feroz a cualquier cambio cuando la izquierda está en el gobierno. Cuando está la derecha en el poder pocas cosas cambian, por eso se reconocen a sí mismos como conservadores.

Pero la naturaleza de Sevilla no es conservadora, es atrevida y valiente. Por eso la ciudad y las personas que en ella vivimos, acogimos con tanto entusiasmo las extraordinarias novedades que nos trajo la Expo del 92. Sevillanos y sevillanas, enseñándose a sí mismos al resto del mundo, orgullosos de causar admiración por la modernidad, la innovación, la novedad o "novelería" como aquí nos gusta llamar a esa tendencia irrefrenable a abrazar lo nuevo e incorporarlo con naturalidad.

La esencia de esta ciudad es el cambio y no el conservadurismo. Por eso,la mayor parte del tiempo trancurrido desde la recuperación de la democracia, hemos votado a gobiernos de izquierda (22 años frente a 8), por eso la izquierda siempre ha vencido holgadamente en las elecciones generales y autonómicas, por eso, la transformación de nuestra ciudad con Alfredo Sánchez Monteseirín es reconocida por la opinión pública, por más que la opinión publicada le haga pagar caro su atrevimiento y valentía. Ahí es nada , atreverse a cambiar la movilidad, ordenando y restringiendo el tráfico en muchas y sensibles zonas de la ciudad, atreverse a recuperar para las personas amplias zonas de nuestros espacios más extraordinarios, en los que al retirarse los vehículos han aparecido museos y teatros al aire libre (Piel Sensible, Constitución, Plaza Nueva o Plaza de S. Francisco, entre otros).

Ahí es nada atreverse a desempolvar el proyecto del Metro, el primer Metro del Sur, el más moderno de España en este momento, en el que ya casi tocamos con los dedos su inauguración, a pesar de los lamentables incidentes vividos el pasado miércoles, que superaremos. Ahí es nada, atreverse a implantar la bicicleta como medio masivo de transporte sostenible en Sevilla, que ahora se tragan sus risas iniciales, esperando que nadie se acuerde de cuánto y cuán ferozmente se han opuesto a todas estas transformaciones a todas luces beneficiosas y que nos colocan en el contexto nacional, como una de las ciudades más dinámicas. Demasiado movimiento para algunos. Peor para ellos, el resto estamos ávidos y ávidas de novedades solidarias, sostenibles que nos hagan más felices